1- Jinkaku kansei ni Tsutomuro koto.
Tener como objetivo el perfeccionamiento del carácter y la personalidad.
Nos enseña que el Karate-Do es más que un mero ejercicio físico. A través del entrenamiento riguroso, desarrollamos el espíritu de lucha y de superación. El practicante aprenderá a controlar su mente y a vencer las dificultades que el ejercicio físico le deparan. Fortalecer el espíritu ante las adversidades contribuye para el perfeccionamiento del carácter. Asimismo aquellos que están físicamente más limitados tendrán siempre el espíritu para perfeccionar
2- Makoto no mishi wo Mamuro koto.
Tener siempre en mente el camino de la honestidad.
Defender siempre la verdad, ser honesto con uno mismo y con los demás
3- Doryoku no seishin wo Yashinou koto.
Mantener siempre el espíritu de perseverancia y esfuerzo
Esta máxima se refiere a la completa dedicación y al esfuerzo necesario que se debe de tener para alcanzar la maestría en el Arte Marcial. Sin esto sería imposible de conseguirlo.
4- Reigi wo Omonzuru koto.
Mantener siempre el respeto hacia: El Karate-Do y su Etiqueta, el Maestro, los compañeros de entreno y todo lo que nos rodea.
El respeto hacia los demás es común a todas las Artes Marciales en especial las Japonesas. Se dice frecuentemente que las Artes Marciales comienzan y acaban con la Etiqueta (Respeto). La Etiqueta en el Dojo es particularmente bien definida con el Saludo (Rei) que todos tenemos que hacer al entrar y salir de el.
Antes de comenzar y al final del entrenamiento el instructor (Sensei) y los alumnos alineados en posición de "Seiza" meditan y saludan en memoria a los Maestros del pasado. La cortesía continúa durante el entrenamiento con los saludos que se hacen al inicio y al final de cada combate (Kumite) y de cada ejecución de Kata.
Esta máxima evidencia una fuerte tradición Samurai. Da sentido a la fidelidad que se debe mostrar hacia el instructor y hacia los compañeros de mayor nivel.
La fidelidad demostrada hacia el instructor será compensada con la transmisión de sus conocimientos. Este lazo entre el instructor y el alumno es extremadamente valioso, constituyendo la base del aprendizaje y de la relación entre las personas.
5- Kekki no yu wo Imashimuru koto.
Controlar en todo momento la agresividad y las emociones
Es responsabilidad de todos los practicantes abstenerse de comportamientos violentos. El objetivo del entrenamiento del Karate-Do es el control mental y físico y debe influir en nuestro comportamiento. Su utilización como defensa personal será sólo en caso de extrema necesidad y si no existe otra alternativa.